Yo creo recordar el viento como un ruách divino.
Sopla sobre
el úkraíj,
sobre ese lugar de la eterna
frontera.
Del Rúss de Kiev hasta la tierra del Plata,
la argéntum llana del sur.
Yo creo recordar
lo que trae este susurro desde la
lejanía.
Lo irregular del viento con que danzó
hasta el hoy.
Los dones del aire
que desplaza este nombre propio,
a veces ausente del sí mismo,
callado y quieto para serle.
Mujer vela, así soy.
Ser de ala que espera murmullo para
moverse.
Yo creo recordar
así también las turbulencias,
la furia que devasta.
Las tengo como un hábito de tristezas
y no entiendo cuándo
llegaron por mí.
En: Gramática del viento (grammátika viétra). El Suri Porfiado, Buenos Aires, 2024.
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